El edificio del Hostal Venecia, ubicado en el chaflán de la Plaza Ayuntamiento y la calle En Llop de València, es conocido como el de Adriática de Seguros, ya que ahí estuvo la sede de esta empresa aseguradora con su vistoso rótulo en la fachada, aunque también se le conoce como Edificio Torrefiel, por el conde que lo promovió. Se caracteriza, como la mayoría de las construcciones de la plaza, levantadas durante la primera mitad del siglo XX, por su estilo racionalista.
Fue edificado entre 1929 y 1930 por el arquitecto Cayetano Borso di Carminati, aunque en algunos sitios aparece atribuido al arquitecto Javier Goerlich, quien sí firmó el edificio contiguo que alberga al Hotel Melià.
Sobre el solar de este inmueble se encontraba, anteriormente, el Palacio de los Marqueses de Jura Real, construido en 1772 por Vicente Gascó Masot y derribado en 1929 para la construcción de actual edificio.
Desde sus balcones se tiene una vista privilegiada de la plaza del Ayuntamiento, que a lo largo de su historia, ha cambiado de nombre una decena de veces. Desde 1423, ya consta que había una plaza junto al Convento de San Francisco, llamada igual, Plaza de San Francisco, y que sería el germen de la actual. En el siglo XIX recibió los nombres de plaza del General Espartero, plaza de Isabel II, plaza de La Libertad, y vuelta a plaza de San Francisco. En febrero de 1900 pasó a llamarse plaza de Castelar, en homenaje a uno de los presidentes de la Primera República Española, nombre que perduró hasta el final de la Guerra Civil.
Entre 1939 y 1979 se llamó plaza del Caudillo, con estatua ecuestre incluida, y ya en la Transición pasó a ser la plaza del País Valenciano hasta 1987, fecha en la que se decidió que su nombre oficial iba a ser el aséptico plaza del Ayuntamiento. Hubo un intento, reciente, de llamarla plaza de Jaume I pero la entidad que lo propuso, el Consell Valencià de Cultura, no contó con el apoyo necesario.
El señor que se asoma a la habitación con vistas, en estos momentos, verá una plaza recientemente peatonalizada, con polémica incluida (¡esos maceteros verdes!), como pasa con casi todas las peatonalizaciones de casi todas partes al principio.
Y si se asoma un poco más, podrá ver hasta algunas fallas plantadas en agosto dispuestas a arder en la primera semana de septiembre.