Susan Sontag + arquitectura + música techno

5 marzo 2021

por | 5 marzo 2021

Las Naves exhiben hasta abril la exposición «Erótica techno en la arquitectura valenciana», una muestra fotográfica basada en la idea de una relación estrecha y específica entre la arquitectura moderna y la música techno bajo un mismo contexto, el valenciano, determinado por su luz, su cultura y su modo de vida.

Con la base teórica puesta en Oriol Bohigas, Le Corbusier y Susan Sontag y con música techno de banda sonora (hecha para la ocasión por dos de los dj residentes de la discoteca Barraca, Domen y Sou Allen), el visitante va desfilando delante de fotografías que plasman edificios valencianos modernos como la Torre Ripalda, Espai Verd, los del campus de Blasco Ibáñez de Moreno Barberá, La Fe … así hasta venticinco.

 

La muestra explora la importancia que tanto la arquitectura moderna como la música techno dan al ritmo, al patrón, a la repetición y a la contundencia formal, y quiere poner en valor las dos manifestaciones artísticas y patrimoniales valencianas por medio de las relaciones que pueden establecerse entre sí. El proyecto incluye material editorial, fotográfico y sonoro, además de una pieza de vídeo arte.

 

 

La idea es que pasear por la muestra sea una inmersión sensitiva: los golpes de bajo de la música se asemejan al ritmo y a los sonidos de una obra arquitectónica, se trata de una música «con músculo», que recuerda a martillos y a ruido de soldadores construyendo un edificio.

«Los sonidos quieren ser un homenaje a los obreros, a las personas que levantan el edificio con su trabajo. Como toda canción, tiene su inicio, desarrollo y desenlace; en esta ocasión, hemos hecho un principio muy contundente para simbolizar la base firme sobre la que se alzan los edificios«, explica Soraya Martín, coautora de la pieza de techno que suena en bucle.

Ricardo Ruiz y Daniel Escobedo, ambos arquitectos y fundadores de la editorial valenciana Altre, están al frente de la dirección y del diseño del proyecto. El trabajo se completa con la composición musical de Alberto Doménech y Soraya Martín; los textos de los arquitectos Débora Domingo y Mario Montesinos, en el libro; y el vídeo del artista visual Sergi Palau, que se proyecta en una sala de la exposición. Aquí, el teaser.

 

 

«Hemos querido que la arquitectura fuera la protagonista de este proyecto, una arquitectura llena de ritmos y desnudez material, con una componente formal muy bruta, sin elementos superfluos, que nos lleve a fantasear en nuestro mundo interior. Buscamos crear una analogía entre la composición matemática de la arquitectura y la música techno: con sus pautados ritmos y su misma contundencia formal”, explican Daniel Escobedo y Ricardo Ruiz.

 

Los arquitectos Daniel Escobedo y Ricardo Ruiz, directores del proyecto.

 

Este proyecto pone en valor la arquitectura desde una perspectiva diferente a la habitual y pretende atraer a un público no profesional que quiera descubrir el patrimonio valenciano desde una nueva mirada, relacionada con la música techno valenciana y nuestras raíces. Un recorrido por la ciudad diferente que nos lleva a mirar edificios muy habituales desde una nueva mirada: la antigua Fe, la Escuela de Agrónomos, la Facultad de filosofía y ciencias de la educación, el Teatro Musical o Espai Verd se descubren como edificios de arquitectura moderna que desde una visión subjetiva relacionada con las matemáticas y la repetición, conforman el motivo de esta expo”, explica Xavi Calvo, director de València Capital Mundial del Diseño 2022.

Como escribe la arquitecta y profesora Débora Domingo en el libro que complementa a la exposición, música y arquitectura comparten lecturas paralelas y, por ello, han tendido diversas conexiones a lo largo de la historia. A la vez, ella incide en que la arquitectura moderna valenciana es una versión mediterránea de otras más austeras y ásperas de la misma época. Nada como compararla con las versiones coetáneas alemanas o británicas para observar hasta qué punto las temperaturas forjan el carácter, también el de la arquitectura. Algo parecido pasa con la música techno valenciana, tanto en la composición musical como en su forma de consumo.

 

 

Por su parte, el arquitecto Mario Montesinos habla, sobre el «Arquiurbanismo de la Ruta», y se refiere a lugares como Barraca, Chocolate, Puzzle, Spook, Espiral, A.C.T.V. … Las discotecas de la Ruta convertidas en espacios de disidencia, rupturismo y transgresión así como el medio de difusión de una cultura de vanguardia: «Las tribus urbanas se disolvían en la tribu de la fiesta infinita«.

Si el techno surgió en Detroit, ciudad que representaba la relación entre el hombre y la máquina, con sonidos mecánicos que reproducían el paisaje industrial en fiestas que tenían lugar en fábricas abandonadas; su llegada a València supondrá una visión mucho más hedonista y optimista.

«El techno no se escuchaba en naves industriales sino en las mejores discotecas del mundo», dice Montesinos. Para él, lo más interesante desde el punto de vista arquitectónico es cómo la Ruta surgía como el lugar para el escapismo hedonista, para huir de la rutina del trabajo. Si Sevilla y Barcelona tenían la Expo y las Olimpiadas, «las discotecas de la Ruta se convirtieron en los únicos canales a través de los cuales los jóvenes valencianos podrían sentirse los más avanzados del país, una revolución socio política que cambiaría la concepción del espacio disolviendo el marco físico arquitectónico y ampliando su campo de acción. (…) El espacio dejaba de entenderse como mero contenedor de las relaciones sociales y pasaba a ser productor y constitutivo de ellas: un campo de juegos infinito para una vida lúdica y productiva en colectividad, que los valencianos supieron hacer a su manera». 

 

 

La exposición dedica una de sus blancas paredes a una cita de Susan Sontag que subyace en la esencia del proyecto: «Lo que ahora importa es recuperar nuestros sentidos. Debemos aprender a ver más, a oír más, a sentir más … En lugar de una hermenéutica, necesitamos un erotismo del arte» («Contra la interpretación», 1964).

 

 

Promovido por València Capital Mundial del Diseño 2022 en colaboración con Las Naves y el Ajuntament de València, la iniciativa surge de una idea de Valencia Techno Culture, un colectivo que profundiza en la didáctica y difusión de la música techno valenciana.

La exposición permanecerá abierta hasta el 9 de abril en Las Naves.

 

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