Una de las viñetas más conocidas del cómic ‘Los surcos del azar’ del dibujante Paco Roca dedicada a ‘La Nueve’, la compañía blindada que participó en la liberación de París, convertida en mural gigante, es uno de los alicientes para visitar el recién rehabilitado chalet de la calle Abén Al Abbar, el nuevo centro cultural municipal en Valencia que acaba de abrir sus puertas.
El mural de Roca estuvo en la recoleta terraza interior del Instituto Francés, en Ciutat Vella, desde 2014 hasta el súbito cierre del centro. Su nueva localización está en el jardín trasero del chalet de Abén Al-Abbar, una vivienda unifamiliar de 1916, ubicada en el barrio de Albors, que ha sido recuperada para convertirse en sede de la Mostra de Cinema del Mediterrani y en un centro cultural para los vecinos.
El chalet fue el lugar elegido por el consistorio y por el propio Paco Roca por su valor simbólico, al ser considerado por algunos historiadores el último recinto en el que se reunió el consejo de ministros del Gobierno de la II República al final de la Guerra Civil. La novela gráfica a la que pertenece el mural del patio cuenta, por su parte, la historia de un republicano español integrante de ‘La Nueve’, la compañía blindada que participó en la liberación de París, y rinde un homenaje a los jóvenes republicanos españoles que formaban parte de ella.
Paco Roca mantiene, en su novela, una larga conversación con Miguel Ruiz, un republicano español exiliado en Francia. A través de sus recuerdos reconstruye el largo y duro viaje de varios de los exiliados tras abandonar España desde el puerto de Alicante. Algunos de ellos formarían La Nueve, la compañía a las órdenes del capitán Dronne e integrada en la segunda división blindada del general Leclerc, cuya principal hazaña sería encabezar la entrada de los aliados en París. La ilustración refleja el momento que supuso la liberación de París cuando, al ser la primera compañía en entrar a la capital, La Nueve desfiló triunfal por los Campos Eliseos.
El chalet de Abén Al-Abbar
El nuevo centro cultural Abén Al-Abbar, de propiedad municipal, gestionado por Amundsen y dirigido por Jordi Llobregat, ofrece, en los dos primeros fines de semana de apertura al público, jornadas de bienvenida (viernes 3, sábado 4, sábado 11 y domingo 12 de mayo) con actividades familiares que incluyen cuentacuentos y otras actividades para niños. Además, el centro acogerá el festival Valencia Negra, del que se realizarán dos actividades, una masterclass de creación literaria y una murder party. El chalet está abierto todos los días, excepto el lunes, en horario de mañana y tarde.
Según han previsto sus organizadores, los martes habrá tarde de juegos, los jueves por la mañana se dedicarán a talleres para personas mayores, que se repetirán semanalmente. Por la tarde, el mismo jueves, está previsto la celebración de un tándem de idiomas. También habrá hueco para los clubs de lectura, actuaciones, tanto improvisadas (open mic) como de artistas profesionales.
A todo ello se suman las actividades de largo recorrido, como ‘libros de barrio’, una biblioteca formada por libros que uno puede llevarse a casa a condición de dejar otro, y el buzón de sugerencias ‘¿Qué quieres hacer?’, donde los usuarios pueden indicar el tipo de actividades que quieren tener y servirá como guía para conocer las preferencias de los vecinos del barrio, principales usuarios de los servicios culturales del centro.
La recuperación del ‘chalet republicano’ ha sido una reivindicación histórica del barrio y viene a dar respuesta a las propuestas que el vecindario planteó a través de los presupuestos participativos.
El palacete de Aben Al Abbar, antes de la intervención, estaba en un estado ruinoso y con riesgo alto de colapso total de su estructura. El inmueble fue adquirido por el Ayuntamiento en 2009 por un millón de euros. La edificación, históricamente, sufrió varias ampliaciones entre 1916 y 1930, que mantenían el volumen original y añadían elementos como un balcón y un volumen anexo. En 1930 se realizó la última ampliación, la que nos ha llegado, donde se repite de forma simétrica el volumen añadido en un lado.
La rehabilitación no ha estado exenta de polémica estos últimos años, primero por la reconstrucción un tanto sui generis de los torreones de la parte trasera del chalet, queja que llegó hasta el Sindic de Greuges y tuvo como consecuencia el derribo y la nueva reconstrucción ‘más aproximada a su imagen inicial’.
Uno de los torreones reconstruidos.
El chalet estuvo en un estado ruinoso durante décadas.
También fue motivo de polémica la retirada de todas las palmeras centenarias, un conjunto de arbolado protegido, que había en el patio delantero de la casa que, afectadas por el ataque del picudo, tuvieron que ser arrancadas.
