«Cuando te dicen que de todo hace veinte años … ¡es que de La Nave ya va a hacer cuarenta! Todo entonces era analógico: escuadra, cartabón, paralex, rotring … Precisamente por eso nos reunimos hace tres años para recuperar la documentación que cada uno tuviera de La Nave y unificarla digitalmente», ha explicado el diseñador Nacho Lavernia, uno de aquellos once miembros que formaron el colectivo La Nave en los 80. Aquella reunión hace tres años fue el germen de la exposición que se muestra ahora en el IVAM hasta septiembre.
«Exponer La Nave en el IVAM es complejo», ha apuntado el diseñador Dani Nebot en la presentación de la muestra, «porque aquel fue un trabajo no muy documentado, en ocasiones mal fotografiado, con trabajos que no conservamos … pero, sobre todo, respecto a esta exposición, lo que teníamos claro es que queríamos organizar una muestra para la sociedad, no para otros diseñadores».
Lavernia ha rematado, «no queríamos una exposición nostálgica, que por otra parte tampoco hubiéramos podido hacerla porque no tenemos ese material, pero no era ese nuestro propósito».
Comisariada por Nacho Lavernia y Daniel Nebot, galardonados con el Premio Nacional de Diseño en 2012 y 1995, respectivamente, la muestra revisa el trabajo realizado por el grupo del que formaron parte Eduardo Albors, Paco Bascuñán, José Juan Belda, Carlos Bento, Lorenzo (Quique) Company, Sandra Figuerola, Marisa Gallén, Luis González, Luis Lavernia y los mismos comisarios Nacho Lavernia y Daniel Nebot.
“Eran creativos procedentes de distintas disciplinas, cuyo trabajo fue clave en el proceso de modernización de la ciudad de València y en la eclosión del llamado Nou Disseny Valencià”, según Nuria Enguita, directora del IVAM, quien ha señalado como claves de su éxito el contexto histórico en el que surgió La Nave y el importante papel de la administración pública. “Una nueva estructura política, el Estado de las Autonomías, estaba consolidándose, y se estaba construyendo un país”, apuntó. Fue un momento de “aperturismo estético inédito hasta entonces, de grandes cambios políticos y efervescencia cultural”.
Las salas del IVAM se articulan con los paramentos verticales dedicados a la reproducción gráfica de los trabajos más sobresalientes del grupo, 32 gigantografías de tres por tres metros, con las identidades corporativas de la Generalitat Valenciana, EMT València, Instituto Nacional de Estadística (INE), Sociedad General de Autores (SGAE) IMPIVA, FGV Ferrocarrils de la Generalitat, Gandía Blasco, ACTV, Aumar, Industrias Saludes, Tráfico de Modas, Gres de Valls, Mugarsi, Alessi, Tombow, Goldwin o Maruchu.
El segundo lenguaje de la exposición se despliega en horizontal, en las mesas ubicadas en el centro de las estancias, donde se muestran 47 escenarios con proyectos concretos desarrollados durante el periodo en el que estuvo en marcha La Nave, que fueron apenas siete años. Pero como ha apuntado el arquitecto Carlos Bento, también parte del colectivo, «fuimos como los Beatles, duramos un año menos que ellos, pero todos juntos, muy diferentes cada uno, llegamos muy lejos». Suyo, como arquitecto, es el proyecto del Instituto de Biomecánica de Valencia, construido en aquella época.
Como han recordado los diseñadores, en los años 80 estaba todo por hacer, pero «lo teníamos todo soñado», ha puntualizado Dani Nebot.
«Ese cambio social debía reflejarse también en las instituciones y en las empresas», ha explicado Lavernia. Para ello, la creación del IMPIVA (Instituto de la Mediana y Pequeña Industria Valenciana) fue decisiva: impulsaron un programa a favor del diseño en las empresas a través de subvenciones que permitió fortalecer al sector en esos años.
«Muchas empresas se espabilaron y se preocuparon por tener un nivel competitivo, incluida la parte del diseño. Esa necesidad de cambio llevaba aparejada un riesgo, que se asumió muy bien. Los clientes – ha apuntado Nacho Lavernia – eran bastante más atrevidos que ahora, trabajábamos con más libertad. Ahora el marketing tiene demasiado peso en las empresas y, por tanto, en el diseño».
Respecto a si hubo un estilo propio de La Nave, todos los diseñadores se han apresurado a negarlo. «No hubo un estilo propio, lo que hubo fue un reto», ha apuntado Dani Nebot. «Todo estaba por hacer y había muchas ganas de hacer. Lo teníamos todo soñado». El arquitecto Carlos Bento ha recordado que una de las señas de identidad de La Nave era la anarquía, «no había ni jefes ni horarios, pero trabajábamos muchísimo».
La Nave surgió en Valencia en 1984 tras la unión de dos equipos de trabajo, Caps i Mans y Enebecé, estaba compuesto por once diseñadores que compartieron una nave de 400 metros cuadrados en la calle San Vicente. El trabajo de este colectivo se enmarca en el contexto social de los años 80, con todas sus «movidas», donde hubo un punto de inflexión en la práctica del diseño con la aparición de la estética posmodernista que representó una liberación formal. Sus influencias fueron los movimientos Memphis y Alchimia, en Italia; Philippe Starck; Neville Brody; el trabajo de Sostres o Peret, en Barcelona, o el de Tibor Kalman, en Estados Unidos.
La Nave se disolvió en 1991, cuando empezaba a contar con clientes extranjeros como la firma italiana Alessi o la japonesa Tombow. Desde su disolución, cada cual de los once siguió con su trabajo, pero supieron mantener la buena relación personal, y también las colaboraciones profesionales, lo que ha facilitado que «el espíritu de La Nave siga vivo».
El colectivo fue un espejo en el que se miraron muchos de los diseñadores de la época. Sus diseños para organismos públicos o para empresas privadas tuvieron gran repercusión y, lo que valida de verdad su valor, han perdurado a lo largo de los años, por encima de modas y tendencias.
La exposición es también, como explicaron en la presentación sus comisarios, una forma de rendir homenaje a tres diseñadores del colectivo que murieron años atrás: Paco Bascuñán, Quique Company y José Juan Belda.
La exposición también dedica una sala, la última, a mostrar piezas de mobiliario y equipamiento urbano, entre las que se encuentra la fuente diseñada para la Expo de Sevilla o las sillas Gong y Triana. Al fondo, una cuadrícula reúne más de cien marcas diseñadas por La Nave durante sus siete años de vida.
El museo ha previsto la edición de un catálogo, aún en proceso, donde se documentará la exposición y que contará con la colaboración de Juli Capella, Quim Larrea, Rosalía Torrent y José Francisco Sánchez.
La exposición, titulada «La Nave 1984-1991» , se exhibe en el IVAM hasta el 20 de agosto.